Uno de los clásicos del cine, la película Casablanca, probablemente sea la más famosa de la historia y de la cual conservamos frases y escenas míticas que jamás saldrán de la mente de todos aquellos buenos amantes del cine que la hemos visto, no solo en una, sino en múltiples ocasiones.

Protagonizado por el conocido Humphrey Bogart y la tímida e interesante Ingrid Bergman, y dirigido por Michael Curtiz, el film fue rodado en 1942. Y lo cierto es que no es necesario que describamos esta apasionante e intrigante historia de amor que tanta popularidad ha obtenido.

 Sin embargo, sí cabe destacar la profundidad de su guión, que realmente nos hace sentir, y la excelente caracterización de los personajes, características que hacen que el film llegue hasta el espectador de un modo realmente eficaz y muy empático. 

 Casablanca fue nominada a cinco premios, de los cuales ganó tres: Mejor película, Mejor director y Mejor guión (y eso que, curiosamente, se rumoreó que Michael Curtiz había dirigido Casablanca sin un guión establecido).

Por si esto fuera poco, también fue nominada a Mejor banda sonora. Ni que decir tiene que, como toda gran obra de arte, cuenta con su crítica particularizada, ya que muchos no pasaron por alto la inverosimilitud de algunas de sus escenas, así como tampoco la superflua actuación de algunos de sus intérpretes secundarios, que fue calificada como mediocre.

Sin embargo, no le faltan anécdotas a este film, que dejarían boquiabierto a más de uno. Un ejemplo de ello es el hecho de que todos creíamos que la mítica frase “Tócala otra vez, Sam” proviene de la película Casablanca, y en realidad jamás se pronuncia aquí, sino que es protagonista en una de Woody Allen.

Tampoco podemos olvidarnos de cómo le afectó al doblaje de Casablanca la dictadura franquista que regía por aquellos años en nuestro país, prácticamente recién estrenada y aún muy recelosa de la anterior República. Por ello, existen tres doblajes distintos de esta película en español.

Y eludiendo algún que otro rumor, como que Ronald Reagan fue candidato a ser el protagonista del film pero tuvo que rechazar la oferta porque estaba cumpliendo el servicio militar, comentamos como gran curiosidad el hecho de que Ingrid Bergman era nada más y nada menos que 20 cm más alta que Humphrey Bogart. Por eso, en todas las escenas de amor, para que cumplieran la línea del cine clásico de la época, él tuvo que usar plataformas. 

 Y a pesar de que a todos nos hubiera gustado ver una segunda parte de esta excelente película, y la Warner Bros estuviera a punto de cumplir dicho deseo compartido por muchos cinéfilos, Bergman se negó, y probablemente hizo lo correcto: segundas partes nunca fueron buenas.

Así, aunque hayan pasado numerosos años, este clásico del cine no se ha desmitificado y continuará intacto, intrigante y escalofriante, esperemos, por muchos siglos más. Los amantes del buen cine no deben dejar escapar la oportunidad de colgar en su hogar el bonito e inconfundible cartel de Casablanca/a>.