Pensar en “Desayuno con diamantes” es memorar irremediablemente a Audrey Hepburn. Su nombre está tan ligado a este film que apenas podemos evitar confundir a su protagonista, Holly Golightly, con esta admirable y gran artista. Desde mediados de los 60, Audrey deleitó a Hollywood con brillantes películas que se han convertido en auténticos clásicos del cine, que deberían ser vistos al menos una vez en la vida por los amantes de la gran pantalla.

La propia Audrey nos lo confirmó cuando le preguntaron acerca de esta interpretación: "Fue el papel más jazz de mi carrera". Y, sin duda, el que más fama y protagonismo otorgó a su figura.

 

¿Os habéis parado a pensar qué sería de Desayuno con Diamantes sin la canción Moon River? La famosa música de esta película fue exclusivamente creada para la voz de la artista y, debido a que ella no estaba entrenada como cantante, Johnny Mercer se la compuso en una sola octava.

Esta canción obtuvo un éxito asegurado y, además de alcanzar una gran popularidad, resultó ganadora del Golden Laurel. Aunque tampoco debemos olvidar que toda la banda sonora de este film se llevó un Grammy y una nominación a mejor banda sonora en los Oscar.

Rodada en 1961, y dirigida por Blake Edwards, esta comedia tiene su base en la novela de Truman Capote. Si todo hubiera salido como esperaba el novelista, la atractiva Audry Hepburn hubiera sido sustituida por las sensuales curvas de Marilyn Monroe. Sin embargo, Capote ya había vendido los derechos de la película y el representante de Marilyn había rechazado el plano del proyecto. Así que fue Audry quien encarnó el espíritu rebelde, libre y excéntrico de la chica de mala vida de New York, cuyo pasatiempo favorito era desayunar tras una noche de juerga frente al escaparate de Tiffany’s en la Quinta Avenida.

No obstante, desde el primer momento, Blake Edwards apuesta fuerte por una joven Audrey, de rasgos aniñados y dulces, y a la vez pícara y con una vivaz mirada. Es curioso saber que, tras aceptar el papel, Hepburn se convierte en la segunda actriz mejor pagada del cine del momento. Llegó a cobrar por su papel 750.000 dólares, por detrás de la mítica y recientemente fallecida, Elisabeth Taylor.

 

 

Pero Audrey no decepciona interpretando a Holly e incluso es nominada a un Oscar al mejor papel femenino, aunque finalmente, se lo terminó “arrebatando” Sophia Loren. Esta comedia romántica adopta, gracias a su interpretación, un tono inocente, delicado, pero a la vez sublime, que combina la elegancia y sofisticación con momentos de humor y pasión.

Recordemos algunas frases del film. En ocasiones veíamos a la Audrey libre y pícara de la que hablábamos antes, diciendo frases como: “¿Le importa si me acuesto un ratito con usted? Somos amigos, eso es todo”.  Otras veces, Audrey sacaba a relucir su faceta más rebelde y excéntrica: “Los días rojos son terribles y en esos momentos lo único que me viene bien es ir a Tiffanys, porque nada malo me ocurre allí”. E incluso podíamos apreciar el lado más sentimental de la artista: “Somos un par de seres que no se pertenecen, un par de infelices sin nombre, porque soy como este gato, no pertenecemos a nadie. Nadie nos pertenece, ni siquiera el uno al otro”. 

Además de los muchos carteles y portadas de revistas que ocupó el cartel de Desayuno con Diamantes, su esbelta silueta, fumando elegantemente, y enfundada en un estilizado vestido negro, forjó un auténtico mito en el mundo de la moda, se convirtió en un icono de admiración para importantes diseñadores del momento.

Es más, cuando años más tarde, en 2006, se decide subastar esta entrañable prenda, se llega a pujar por ella la friolera cantidad de 807.000 dólares, por lo que queda adjudicado por el momento como el segundo vestido más caro de la historia. Fue diseñado por Hubert de Givenchy y puesto a la venta por sus últimos propietarios, el escritor francés Dominique Lapierre y su esposa, quienes destinaron lo recaudado a su ONG “Ciudad de la Alegría” en India.

 

 

 

Los amantes del glamour, el cine y la moda, no deben pasar por alto la oportunidad de ubicar en su hogar uno de nuestros míticos carteles publicitarios de esta encantadora actriz o de "Desayuno con Diamantes". Sin duda, inundarán cualquier rincón de su hogar con la elegancia que caracterizaba a Audrey Hepburn.