Cuando nos referimos a la historia del mundo cartelístico y de la propaganda no podemos olvidarnos de la importancia de una de sus más influyentes figuras, como lo es Henri de Toulose-Lautrec. 

Nacido en el seno de una familia noble y de nacionalidad francesa, como la mayoría de los personajes que más cabe destacar dentro del mundo publicitario a lo largo del siglo XIX. Latrec decidió ser pintor desde muy joven, casi a la vez cuando una enfermedad ósea se manifestó en su aspecto físico, impidiéndole medir más de un metro y medio de altura.

Este problema, probablemente, afectó a Tolouse-Lautrec debido al cercano parentesco que tenían sus progenitores, el cual le produjo endogamia. 

Sin embargo, sus influencias, o mejor dicho, las de su familia, consiguieron que a través de su amistad con varios pintores parisinos como Princetau, John Lewis Brown y Jean-Louis Forain, un joven Latrec se trasladara a vivir a la capital parisina, más en concreto a vivir al barrio de Montmartre, lugar de residencia de otros ilustres genios de este arte como Edgar Degas.

Mas, a diferencia de este y otros pintores impresionistas, Latrec no tarda en dejarse seducir por las sensaciones de la noche parisina y el mundo de los cabarets, y comienza ser atraído por la gestualidad de los artistas, cantantes, bailarines y demás personajes del mundo artístico. A la vez, se va desarrollando en sí un cierto rechazo a la nobleza y la hipocresía del mundo aristocrático en el que él mismo estaba acostumbrado a vivir.

Debido a su gran talento pictórico, no tardan en presentársele ofertas y encargos por dueños de los locales que solía visitar para promocionar sus espectáculos, y realizar los carteles de los próximos shows que serían ofrecidos. Y el artista ponía tanto interés y entusiasmo que le hacen alcanzar incluso cierta popularidad en el París de la época.

Bohemio y espontáneo, Touluse-Latrec mostraba a través de su arte una cercanía al pueblo y los más bajos status sociales. Su estilo particular mezclaba la originalidad propia de sus trazos con la perfección fotográfica de las escenas que retrataba, influenciado principalmente en este aspecto por el arte japonés.

Su obra fue publicada en numerosas revistas francesas del momento y sus ilustraciones decoraban páginas y portadas.

Sus carteles del Moulin-Rouge son inconfundibles e inigualables, como también lo es el retrato que realizó a personajes coetáneos, como el británico Oscar Wilde.

Por ello, en Tinads le rendimos homenaje a una de las figuras más importantes de la ilustración y te invitamos a que tú también formes parte de esta historia, colocando en algún lugar privilegiado de tu casa alguno de los carteles de Toulouse-Lautrec. O bien, si eres un verdadero amante del mundo publicitario, te decidas a formar una colección con varias de sus obras más representativas.