Se cumplen precisamente este mes, cien años de la desaparición de uno de los barcos más populares de nuestra historia: El Titanic.

Fue una fría noche de Abril, en la Antártida, cuando el gran crucero surcaba las gélidas aguas de las Antártida, y como ya todos conocemos, tras rasgarse con un Iceberg, protagonizó uno de los hundimientos que más eco se haría durante todo el siglo pasado.

Y es que si algo no se puede negar de este accidente ha sido su carácter trágico, ya que sega la vida de la mayoría de los pasajeros del barco más famoso de la historia.


Inspiración de películas, carteles, y un auténtico mito de carácter popular. Todo parece en cuando al Titanic se refiere parece envuelto en un halo de misterio, que, realmente, ni nosotros mismos queremos desvelar.

Son muchas las especulaciones, como también abundan las investigaciones y teorías acerca de diversos aspectos del accidente. Comenzando desde el error en la no visualización del iceberg, y concluyendo con el mismo interrogante común;

¿cómo pudo hundirse el barco con más tecnología y avance de la época? Y lo que más nos intriga a todos, ¿lo hace en su primer viaje, en el inaugural? 

Rodean a estas cuestiones todo tipo de especulaciones, y sobre todo opiniones populares, muchas de ellas mantenidas durante generaciones, otras producto de Hollywood, y solamente unas cuantas se aproximarán a la realidad, o al menos a lo que las versiones que algunos de los supervivientes nos han remitido a lo largo del siglo. Y decimos algunos, pero sería más correcto usar el término “pocos” ya que la mayor parte de ellos, apenas tienen recuerdos de lo sucedido, pues no eran más que unos infantes o niños cuando sucedió la tragedia. Este ha sido el caso de la última superviviente, que nos abandonó el pasado año 2009, la británica Millvina Dean, quien contaba con tan sólo dos meses aquella fatídica noche.

Así que, lo que más predominan son especulaciones populares, y estudios científicos realizados con todo tipo de tecnologías y exámenes a conciencia. Y es que la tumba de este crucero se ha “abierto” cientos de veces, y “saqueado” otras muchas para tomar reliquias, y objetos personales de los pasajeros, como nos muestra este vídeo.

La verdad es que al siempre mundo le ha apasiona esta historia, algunos, probablemente, los más arriesgados, hasta han llegado a comparar este hecho incluso con el que narra la Biblia del Becerro de Oro: Tanto quiso abarcar el ser humano con la embarcación, tanto deseo mostrar su dominio sobre los océanos, que finalmente, el mar, se vengó de una forma cruel.

Otros van un poco más allá, y nos muestran una cara curiosa y peculiar del crucero, es el ejemplo de la “Fundación Titanic” de Barcelona, la cual celebra una cena, en el “Museo Marítico de Barcelona” que recrea al detalle la última servida a los pasajeros durante el naufragio, y que ha atraído a todo tipo de públicos de múltiples partes del mundo. Su elaboración ha sido producto de múltiples estudios, y su preparación llevada al detalle ¡usando incluso la cubertería del crucero! Cuando mencionamos su precio, quizás nos parece algo prohibitivo,  153 euros.

Nosotros, sin embargo te proponemos que le rindas tu propio homenaje personal al Titanic y cuelgues en tu habitación uno de los fabulosos carteles que la publicidad le ha dedicado en tantas ocasiones. Puedes encontrar aquí este cartel y otros carteles de barcos antiguos.